El 31 de julio, en Medellín, se cumplió un año desde que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) comenzó a remover los escombros de La Escombrera, un lugar marcado por el silencio y la impunidad. Allí, las mujeres buscadoras —a quienes en el barrio llaman “las cuchas”— habían señalado, durante más de dos décadas, que yacían los cuerpos de sus familiares, víctimas de desaparición forzada a manos de grupos armados legales e ilegales.

La Asociación Nomadesc estuvo presente para acompañarlas en esta fecha cargada de memoria y dignidad. Desde hace 23 años, estas mujeres han sostenido su consigna con firmeza: “Las cuchas tienen la razón”.
Hoy, los hallazgos las respaldan. En los últimos meses, la JEP confirmó el descubrimiento de tres cuerpos más, prueba irrefutable de que sus voces nunca mintieron.