GOLES, FUTBOL, ELECCIONES Y OLVIDO CINCO SIGLOS DE DESPOJO, UN SIGLO DE INDIFERENCIA

Nos duele la Colombia del Bipartidismo y nos espantan sus gobernantes: la que vendió Panamá a los Estados Unidos para que construyeran  el canal Inter-oceánico y controlaran las costas marítimas en 1903, esa Colombia histórica que entregó sus  recursos y despojó dirigida por  el Conservador José Manuel Marroquín, que  burlonamente expandió una cortina de humo mientras decía «¿Y qué más quieren? Me entregan una república y yo les entrego dos» (1900-1904); La que  ordenó en 1922 en  compañía de los EEUU la Masacre de las Bananeras Gobernada por el Conservador Miguel Abadía Méndez (1926-1930);  la que permitió el Magnicidio ordenado por la CIA contra Jorge Eliecer Gaitán,  dirigida por el Conservador Mariano Ospina Pérez ( 1946- 1950); la  que desató la violencia Liberal- Conservadora de los años 50 responsable de la muerte de más de 250.000 colombianos, la misma de los chulavitas en cabeza del conservador Laureano Gómez (1950-1951);  la Colombia liberal – conservadora del Frente Nacional que negoció la memoria de sus víctimas y permitió la impunidad, armó a los civiles y los convirtió en ley de la República,  -esa-  la Colombia dirigida por el liberal Alberto Lleras Camargo, el conservador Guillermo León Valencia, el liberal Carlos Lleras Restrepo y  el conservador Misael Pastrana Borrero (1958–1974); la Colombia de las desapariciones forzadas, torturas, detenciones masivas, arbitrarias y Consejos Verbales de Guerra del liberal Turbay Ayala (1978-1982);  la Colombia  del Holocausto del Palacio de Justicia en 1985 que exterminó la Corte Suprema de Justicia, no escuchó los clamores del Presidente de la Corte Reyes Echandia y aún guarda silencio por los 12  Desaparecidos de la cafetería, esa Colombia gobernada por el conservador Belisario Betancur,  él mismo que puso a volar las palomas de la Paz el 5 y 6 de noviembre en la Plaza de Bolívar y dirigió el país proclamándose hombre de Paz (1982 – 1986).

Nos espanta la Colombia de las masacres de Honduras, la Negra, Segovia 1988; la de las masacres de Llana Caliente, San Vicente de Chucurí y el Carmen  de Chucurí 1989,  la de la masacre de Pueblo Bello 1990, la misma del proyecto neoliberal y las concesiones petroleras del liberal  Virgilio Barco (1986 – 1990);  la Colombia de las masacres de Trujillo, Río Frio y Bolívar 1986 – 1994 que cerró y privatizó hospitales, colegios, servicios públicos,  tercerizó el trabajo y  globalizó la economía, la Colombia del liberal Cesar Gaviria Trujillo (1990- 1994);  La de las masacres de Mapiripan y el Aro, Cerro de Burgos, Cueva de Sapo, Morales, Regidor, en el Sur de Bolívar 1995 -1997 del liberal  Ernesto Samper Pizano (1994-1998);  la del Plan Colombia y Plan Patriota del conservador Andrés Pastrana Arango (1998 – 2002) la misma de las masacres de  San Carlos,  Yolombo,  Remedios, Samaniego,  Antioquia, Villanueva, Ciénaga y el Piñón Magdalena;  la de San Pablo, El Salado, Macayepo – Bolívar, Curumaní Sur del Cesar, Tierra Alta,  Tibú, la Gabarra,  el Tarra, Valle del Guamuez Putumayo, Dagua, Triana, Katanga, Cisneros, Naya, Buenaventura, Chengue, Jamundí y Alaska 1998 – 2002.

Nos aterra la Colombia de los grupos paramilitares, la de las Convivir y las “Bandas Criminales”,  la de las detenciones masivas y crímenes de estado llamados “ Falsos Positivos” y otros neologismos dados a los crímenes dirigidos por el Estado y perpetrados por la Fuerza pública,  la de las masacres de Caño Seco y Bahía Portete 2004; la masacre de los Jóvenes de Punta del Este – Buenaventura y de San José de Apartadó – Uraba 2005;  de los jóvenes de Soacha 2008; la Colombia de la parapolítica, narco-política, yidis-política, la misma del agro ingreso seguro, las zonas francas y puertas giratorias,   la Colombia que firmo los negocios minero energéticos, dejo listos los TLCS y entregó los recursos a la OXI, la British Petroleum Company, Pacific Rubiales, Anglo Gold Ashanti, Cosigo Resource, Chiquita Brans, Drummond y muchas otras compañías que desgarran nuestra madre tierra, la del conservador – liberal y paramilitar Álvaro Uribe Vélez,  “la Colombia del te doy en la cara marica” (2002 – 2010).  La Colombia  de la Trilogía Seguridad Democrática, Confianza Inversionista y Cohesión Social.

Nos impresiona la Colombia  de la Locomotora Minero Energética, de la Alianza Pacifico, los “falsos positivos” y crímenes atroces, genocidio y etnocidio en Buenaventura, la de los líderes de restitución de tierras ejecutados o  los 78 defensores y defensoras de derechos humanos asesinados durante el 2013,  en medio del  Gobierno del Conservador – Liberal,  Juan Manuel Santos, la Colombia de la Trilogía Prosperidad Democrática; Locomotoras de Desarrollo y la Unidad Nacional.

Nos sacude la Colombia que destruyó el campo y los campesinos de los años 50, 60 y 70,  la que exterminó a los movimientos cívicos y alternativos de los años 80 y 90, la de los Falsos Positivos y la Locomotora Minero Energética de los 2000, la  Colombia del olvido del 2014.

Nos entristece,  la Colombia de los crímenes selectivos y desapariciones forzadas contra Omaira Montoya (septiembre de 1977),  Luis Fernando Lalinde ( Octubre 1984),  Yolanda Acevedo (1986) Manuel Gustavo Chacón (Enero 1988); Jesus Peña Bernardo Jaramillo Osa (Marzo 1990); Carlos Pizarro León Gómez – Abril (1990);   Manuel Cepeda Vargas (Agosto 1994);  Elsa Alvarado  y Mario Calderón (1997); Eduardo Umaña Mendoza (Abril 1998); Jorge Ortega (Octubre 1998); Jaime Garzón (Agosto 1999); y miles de líderes y lideresas, artistas, poetas, periodistas, defensores de derechos humanos, sindicalistas, campesinos, indígenas, negros, estudiantes, familiares de víctimas que  murieron por jugársela por la verdad.

Nos anima y nos mueve  la Colombia Indígena, Negra, Campesina y Popular, la Colombia incluyente que  reconoce  las diferencias trabaja por los derechos de las comunidades  LGTB, lucha y se juega la vida por los derechos de la mujer y  los niños, la Colombia del Movimiento Social inclaudicable la  del Paro y la  Cumbre Agraria, el Congreso de los Pueblos y la Minga de Resistencia Social y Comunitaria de los años (2008 a 2014); la de la Cumbre Campesina y Popular y la Minga Indígena del (2000 a 2006);  la de las marchas campesinas de mayo de 1989 del Nororiente Colombiano; la de los paros petroleros y palmeros de los (70 y 80), la Colombia movilizada que frenó la privatización del agua y de los bosques 2008; la  de los estudiantes Universitarios de la MANE del 2012,  que ha frenado los proyectos minero energéticos de la Colosa, Paramo de Santurban,  Puerto Gaitan, La Toma, Zaragosa,  los Territorios Ganados al Mar de Buenaventura y muchos otros.

Nos mueve la Colombia que lucha contra la impunidad,  el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado sus propuestas de  lucha por la verdad, la justicia, las garantías de no repetición.  Nos empuja la inmensa mayoría de éste país nacional que no milita en los partidos tradicionales, ni se siente representada por ellos. La que no le preocupa superar el umbral y ganar las elecciones dentro de  una maquinaria históricamente mafiosa, burócrata y narcotraficante.

Nos anima la resistencia del movimiento social e indígena que cumple 522 años, que pese al exterminio al que ha sido sometido,  trabaja día a día por encontrar soluciones estructurales a los males que aquejan sus territorios. Nos fortalece trabajar por la paz integral, trasformadora, con justicia social en la que todas y todos podamos hablar, proponer y crear.

Nos consuela esa Colombia que se levanta a las 4:00 de la mañana mientras otros duermen, trabaja 18 horas y se levanta nuevamente al otro día para  continuar la lucha,  esa Colombia coherente que ha perdido su capacidad de asombro ante ese país político  que deja morir los niños en las puertas de los hospitales mientras  se  distribuyen  para ellos el presupuesto Nacional.

Nos duelen los ausentes.  Los que lucharon contra las formas oprobiosas de pobreza, desigualdad y miseria. Por ellos nos comprometemos a seguir pensando crítica y propositivamente, trabajando por la inclusión, la diversidad y los derechos de todas y todos.  Esos derechos que aun sin ser reconocidos seguirán la ruta de la expresión en sus medios alternativos y se continuaran  litigando estratégicamente así se conmemoren su impunidad de 95, 66, o 29  años como la Masacre de las Bananeras,  el Magnicidio contra Jorge Eliecer Gaitán o el Holocausto del Palacio de Justica, respectivamente. Tejeremos cada día los hilos de la esperanza y como el ave fénix resurgiremos dentro de las cenizas, atando la memoria a la justicia, entrelazando los actos de valentía de quienes creemos en los derechos de los pueblos.  Que no les suene a cliché o frase de cajón lo que ha sido la práctica reiterada del sujeto social y sujeto político, colombiano. -Oiga se bien sujeto político, no politiquero-  Porque no esperamos nada de nuestros gobernantes,  mandatamos, gobernamos  y continuamos construyendo  pensamiento propio.

Con el ánimo de navegar por los mares de la memoria y hacer frente al olvido recordamos finalmente las palabras de nuestro nobel Gabriel García Marquez  “Con toda modestia, pero también con toda la determinación del espíritu, propongo que hagamos ahora y aquí el compromiso de concebir y fabricar un arca de la memoria, capaz de sobrevivir al diluvio atómico. Una botella de náufragos siderales arrojada a los océanos del tiempo, para que la nueva humanidad de entonces sepa por nosotros lo que no han de contarle las cucarachas: que aquí existió la vida, que en ella prevaleció el sufrimiento y predominó la injusticia, pero que también conocimos el amor y hasta fuimos capaces de imaginarnos la felicidad. Y que sepa y haga saber para todos los tiempos quiénes fueron los culpables de nuestro desastre, y cuán sordos se hicieron a nuestros clamores de paz para que esta fuera la mejor de las vidas posibles, y con qué inventos tan bárbaros y por qué intereses tan mezquinos la borraron del Universo.”.

 

Asociación Nomadesc,  Junio 2014.

Nos duele la Colombia del Bipartidismo y nos espantan sus gobernantes: la que vendió Panamá a los Estados Unidos para que construyeran el canal Inter-oceánico y controlaran las costas marítimas en 1903, esa Colombia histórica que entregó sus recursos y despojó dirigida por el Conservador José Manuel Marroquín, que burlonamente expandió una cortina de humo mientras decía «¿Y qué más quieren? Me entregan una república y yo les entrego dos» (1900-1904); La que ordenó en 1922 en compañía de los EEUU la Masacre de las Bananeras Gobernada por el Conservador Miguel Abadía Méndez (1926-1930); la que permitió el Magnicidio ordenado por la CIA contra Jorge Eliecer Gaitán, dirigida por el Conservador Mariano Ospina Pérez ( 1946- 1950); la que desató la violencia Liberal- Conservadora de los años 50 responsable de la muerte de más de 250.000 colombianos, la misma de los chulavitas en cabeza del conservador Laureano Gómez (1950-1951); la Colombia liberal – conservadora del Frente Nacional que negoció la memoria de sus víctimas y permitió la impunidad, armó a los civiles y los convirtió en ley de la República, -esa- la Colombia dirigida por el liberal Alberto Lleras Camargo, el conservador Guillermo León Valencia, el liberal Carlos Lleras Restrepo y el conservador Misael Pastrana Borrero (1958–1974); la Colombia de las desapariciones forzadas, torturas, detenciones masivas, arbitrarias y Consejos Verbales de Guerra del liberal Turbay Ayala (1978-1982); la Colombia del Holocausto del Palacio de Justicia en 1985 que exterminó la Corte Suprema de Justicia, no escuchó los clamores del Presidente de la Corte Reyes Echandia y aún guarda silencio por los 12 Desaparecidos de la cafetería, esa Colombia gobernada por el conservador Belisario Betancur, él mismo que puso a volar las palomas de la Paz el 5 y 6 de noviembre en la Plaza de Bolívar y dirigió el país proclamándose hombre de Paz (1982 – 1986).
Nos espanta la Colombia de las masacres de Honduras, la Negra, Segovia 1988; la de las masacres de Llana Caliente, San Vicente de Chucurí y el Carmen de Chucurí 1989, la de la masacre de Pueblo Bello 1990, la misma del proyecto neoliberal y las concesiones petroleras del liberal Virgilio Barco (1986 – 1990); la Colombia de las masacres de Trujillo, Río Frio y Bolívar 1986 – 1994 que cerró y privatizó hospitales, colegios, servicios públicos, tercerizó el trabajo y globalizó la economía, la Colombia del liberal Cesar Gaviria Trujillo (1990- 1994); La de las masacres de Mapiripan y el Aro, Cerro de Burgos, Cueva de Sapo, Morales, Regidor, en el Sur de Bolívar 1995 -1997 del liberal Ernesto Samper Pizano (1994-1998); la del Plan Colombia y Plan Patriota del conservador Andrés Pastrana Arango (1998 – 2002) la misma de las masacres de San Carlos, Yolombo, Remedios, Samaniego, Antioquia, Villanueva, Ciénaga y el Piñón Magdalena; la de San Pablo, El Salado, Macayepo – Bolívar, Curumaní Sur del Cesar, Tierra Alta, Tibú, la Gabarra, el Tarra, Valle del Guamuez Putumayo, Dagua, Triana, Katanga, Cisneros, Naya, Buenaventura, Chengue, Jamundí y Alaska 1998 – 2002.

Nos aterra la Colombia de los grupos paramilitares, la de las Convivir y las “Bandas Criminales”, la de las detenciones masivas y crímenes de estado llamados “ Falsos Positivos” y otros neologismos dados a los crímenes dirigidos por el Estado y perpetrados por la Fuerza pública, la de las masacres de Caño Seco y Bahía Portete 2004; la masacre de los Jóvenes de Punta del Este – Buenaventura y de San José de Apartadó – Uraba 2005; de los jóvenes de Soacha 2008; la Colombia de la parapolítica, narco-política, yidis-política, la misma del agro ingreso seguro, las zonas francas y puertas giratorias, la Colombia que firmo los negocios minero energéticos, dejo listos los TLCS y entregó los recursos a la OXI, la British Petroleum Company, Pacific Rubiales, Anglo Gold Ashanti, Cosigo Resource, Chiquita Brans, Drummond y muchas otras compañías que desgarran nuestra madre tierra, la del conservador – liberal y paramilitar Álvaro Uribe Vélez, “la Colombia del te doy en la cara marica” (2002 – 2010). La Colombia de la Trilogía Seguridad Democrática, Confianza Inversionista y Cohesión Social.
Nos impresiona la Colombia de la Locomotora Minero Energética, de la Alianza Pacifico, los “falsos positivos” y crímenes atroces, genocidio y etnocidio en Buenaventura, la de los líderes de restitución de tierras ejecutados o los 78 defensores y defensoras de derechos humanos asesinados durante el 2013, en medio del Gobierno del Conservador – Liberal, Juan Manuel Santos, la Colombia de la Trilogía Prosperidad Democrática; Locomotoras de Desarrollo y la Unidad Nacional.
Nos sacude la Colombia que destruyó el campo y los campesinos de los años 50, 60 y 70, la que exterminó a los movimientos cívicos y alternativos de los años 80 y 90, la de los Falsos Positivos y la Locomotora Minero Energética de los 2000, la Colombia del olvido del 2014.
Nos entristece, la Colombia de los crímenes selectivos y desapariciones forzadas contra Omaira Montoya (septiembre de 1977), Luis Fernando Lalinde ( Octubre 1984), Yolanda Acevedo (1986) Manuel Gustavo Chacón (Enero 1988); Jesus Peña Bernardo Jaramillo Osa (Marzo 1990); Carlos Pizarro León Gómez – Abril (1990); Manuel Cepeda Vargas (Agosto 1994); Elsa Alvarado y Mario Calderón (1997); Eduardo Umaña Mendoza (Abril 1998); Jorge Ortega (Octubre 1998); Jaime Garzón (Agosto 1999); y miles de líderes y lideresas, artistas, poetas, periodistas, defensores de derechos humanos, sindicalistas, campesinos, indígenas, negros, estudiantes, familiares de víctimas que murieron por jugársela por la verdad.
Nos anima y nos mueve la Colombia Indígena, Negra, Campesina y Popular, la Colombia incluyente que reconoce las diferencias trabaja por los derechos de las comunidades LGTB, lucha y se juega la vida por los derechos de la mujer y los niños, la Colombia del Movimiento Social inclaudicable la del Paro y la Cumbre Agraria, el Congreso de los Pueblos y la Minga de Resistencia Social y Comunitaria de los años (2008 a 2014); la de la Cumbre Campesina y Popular y la Minga Indígena del (2000 a 2006); la de las marchas campesinas de mayo de 1989 del Nororiente Colombiano; la de los paros petroleros y palmeros de los (70 y 80), la Colombia movilizada que frenó la privatización del agua y de los bosques 2008; la de los estudiantes Universitarios de la MANE del 2012, que ha frenado los proyectos minero energéticos de la Colosa, Paramo de Santurban, Puerto Gaitan, La Toma, Zaragosa, los Territorios Ganados al Mar de Buenaventura y muchos otros.
Nos mueve la Colombia que lucha contra la impunidad, el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado sus propuestas de lucha por la verdad, la justicia, las garantías de no repetición. Nos empuja la inmensa mayoría de éste país nacional que no milita en los partidos tradicionales, ni se siente representada por ellos. La que no le preocupa superar el umbral y ganar las elecciones dentro de una maquinaria históricamente mafiosa, burócrata y narcotraficante.
Nos anima la resistencia del movimiento social e indígena que cumple 522 años, que pese al exterminio al que ha sido sometido, trabaja día a día por encontrar soluciones estructurales a los males que aquejan sus territorios. Nos fortalece trabajar por la paz integral, trasformadora, con justicia social en la que todas y todos podamos hablar, proponer y crear.
Nos consuela esa Colombia que se levanta a las 4:00 de la mañana mientras otros duermen, trabaja 18 horas y se levanta nuevamente al otro día para continuar la lucha, esa Colombia coherente que ha perdido su capacidad de asombro ante ese país político que deja morir los niños en las puertas de los hospitales mientras se distribuyen para ellos el presupuesto Nacional.
Nos duelen los ausentes. Los que lucharon contra las formas oprobiosas de pobreza, desigualdad y miseria. Por ellos nos comprometemos a seguir pensando crítica y propositivamente, trabajando por la inclusión, la diversidad y los derechos de todas y todos. Esos derechos que aun sin ser reconocidos seguirán la ruta de la expresión en sus medios alternativos y se continuaran litigando estratégicamente así se conmemoren su impunidad de 95, 66, o 29 años como la Masacre de las Bananeras, el Magnicidio contra Jorge Eliecer Gaitán o el Holocausto del Palacio de Justica, respectivamente. Tejeremos cada día los hilos de la esperanza y como el ave fénix resurgiremos dentro de las cenizas, atando la memoria a la justicia, entrelazando los actos de valentía de quienes creemos en los derechos de los pueblos. Que no les suene a cliché o frase de cajón lo que ha sido la práctica reiterada del sujeto social y sujeto político, colombiano. -Oiga se bien sujeto político, no politiquero- Porque no esperamos nada de nuestros gobernantes, mandatamos, gobernamos y continuamos construyendo pensamiento propio.
Con el ánimo de navegar por los mares de la memoria y hacer frente al olvido recordamos finalmente las palabras de nuestro nobel Gabriel García Marquez “Con toda modestia, pero también con toda la determinación del espíritu, propongo que hagamos ahora y aquí el compromiso de concebir y fabricar un arca de la memoria, capaz de sobrevivir al diluvio atómico. Una botella de náufragos siderales arrojada a los océanos del tiempo, para que la nueva humanidad de entonces sepa por nosotros lo que no han de contarle las cucarachas: que aquí existió la vida, que en ella prevaleció el sufrimiento y predominó la injusticia, pero que también conocimos el amor y hasta fuimos capaces de imaginarnos la felicidad. Y que sepa y haga saber para todos los tiempos quiénes fueron los culpables de nuestro desastre, y cuán sordos se hicieron a nuestros clamores de paz para que esta fuera la mejor de las vidas posibles, y con qué inventos tan bárbaros y por qué intereses tan mezquinos la borraron del Universo.”.

Asociación Nomadesc, Junio 2014.

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