Vaya uno a saber
Por: Alfredo Molano Bravo
AL PRINCIPIO PENSÉ QUE DETRÁS DE Uribe estaban “los que no se rinden” a la justicia colombiana: el general retirado Rito Alejo del Río —íntimo del Alemán—; el “héroe de Invercolsa”, Fernando Londoño, y el siniestro Plinio Apuleyo Mendoza.
No me equivocaba, pero la cosa era peor. Detrás del trono estaba —y está— José Obdulio Gaviria, ahora también al lado de Juan Manuel Santos. Así, la cosa era grave, pero más al fondo ya es siniestra: quien está detrás de todos los nombrados es J.J. Rendón, experto internacional en “rumorología”, es decir, en levantar y divulgar chismes y mentiras sobre una persona, un partido, un gremio. No tiene ningún escrúpulo. Inventa y echa a correr cualquier rumor que le sirva: que fulano es de las Farc, que zutano es marica, que perencejo es basuquero. Fabrica una imagen al destajo, la divulga y cobra por ello. Debe cobrar por kilos. Ahora entiendo por fin el origen de los correos que nos escriben entre otros a Felipe Zuleta, a Ramiro Bejarano y a mí, todos iguales y diciéndonos lo mismo: maricas, basuqueros, terroristas. Lo dicho: se originan en las mismas oficinas de donde se chuzan los teléfonos.
En 2007 hubo en el Congreso un debate sobre este bandido internacional citado por un pariente del Presidente, Nicolás Uribe. Wilson Borja lo acusó de vincular a Carlos Gaviria y a Carlos Lozano con las Farc; el malogrado Castro Caicedo sugirió que J.J. tenía relación con el atentado a Vargas Lleras; Manuel José Vives denunció la relación de Rendón con José Obdulio y con Bernardo Moreno. Las piezas casan. En 2007 era ministro de Defensa Santos y J.J. era asesor del Ministerio desde 2006. Por esos días el DAS hacía de las suyas con la llamada “inteligencia ofensiva”, que no es otra cosa que una de las técnicas del terrorismo de Estado. Más claro: detrás de todo el escabroso tema de las chuzadas del DAS —que llevan por la ley de la gravedad hasta el Palacio de Nariño— debe estar J.J., como está H.H. detrás de la masacre del Naya. Más al fondo, siendo asesor del Ministerio de Defensa, también puede ser el “inventor de la metodología” de los llamados falsos positivos, que son asesinatos a jóvenes desempleados. Pero J.J. no sólo montaba operativos de “guerra política” que son parte de ella, también creaba imágenes heroicas para lavarles la cara y las manos a las FF. AA. Y lo logró: los soldaditos empujándole el carro viejo a la señora sepultaban los muertos de Ocaña, la mano de Iván Ríos y el cuerpo en pijama de Reyes en Lago Agrio. Una de las consecuencias de esta transustanciación es que el país no sabe a ciencia cierta qué es una cosa y qué es otra, porque todas son imágenes mediáticas construidas ex profeso. El efecto champú. ¿Qué hay de cierto en las bajas de insurgentes que presentan los generales? ¿Qué hay de real en los avances militares de la tal Seguridad Democrática? ¿Son una imagen ad hoc o son reales? ¿Qué guerra se está ganando y contra quién? ¿El clima bélico que vive Colombia con Venezuela y con Ecuador es producto de una estrategia de la rumorología para ganar una campaña electoral, así como el Caguán fue el caballito de batalla de Uribe para llegar a la Presidencia y sostenerse ocho largos y sangrientos años? ¿Qué realidad estamos viviendo, la creada por J.J. y sus técnicas, o la creada por unos hechos cada vez más desconocidos? Y alargando el caletre, y ya metidos en el reino de la ficción: ¿No somos víctimas de una esquizofrenia elaborada a conciencia por la trinca J.J.-Santos-Uribe? ¿Qué país real nos deja Uribe y qué país imaginario nos van a crear si se elige Santos? ¿Y si no se elige llegará por fin la hecatombe? Corren ya rumores de que si gana Mockus, los militares darían un golpe. ¿Será Santos el mismísimo Uribe? ¿O J.J. será José Roberto Prieto Uribe, el nuevo gerente de la campaña Santos Presidente, que no se rinde a la Corte Suprema de Justicia escapándosele a un fallo por fraude judicial? Vaya uno a saber.
A propósito: los dirigentes campesinos de Suárez, donde hubo una masacre hace pocos días, recibieron la siguiente amenaza, que por el estilo hace pensar que cambiaron de redactores en la oficina donde las ordenan hacer: “Nomads ddhh cut sintra unicol cric pcn latoma buenos aires polo hp auxiliadores de las milicias los tenemos no vamos a fallar bere olachiqui diego escbar wilsom machet jose milciades felician valencia goyes emriq licifredi edwar recheche villegas senen plutarco ibestrujillo att aguilas negras nueva generac”.
Tus textos llaman a la reflexión, son una delicia. Un abrazo apreciado Alfredo desde mi espíritu y mi mente que la desnudas con tus letras.